¿Quiénes son realmente las entidades que incorporamos en la Umbanda?

Más allá de la forma: comprendiendo su verdadera identidad espiritual

Uno de los temas que más confusión genera en la práctica de la Umbanda es entender quiénes son realmente las entidades espirituales que se manifiestan en las sesiones de incorporación.

Referentes importantes coinciden en señalar que muchos practicantes creen que estas entidades fueron, en vida, indígenas, personas esclavizadas o gitanos. Sin embargo, esa idea no refleja con precisión la esencia espiritual de la Umbanda.

Arquetipos espirituales y su función

Cuando se incorpora un Caboclo, un Preto Velho o una Pombagira Cigana, no significa que ese espíritu haya pertenecido a esas culturas en su existencia terrenal.

En realidad, estas figuras representan arquetipos espirituales. Son formas simbólicas que los guías adoptan según la tarea que vienen a cumplir en el terreiro. Su apariencia responde a su misión, no a su historia personal.

Por ejemplo:

  • Un espíritu que trabaja con la sanación y el conocimiento de la naturaleza puede presentarse como un Caboclo.
  • Uno que ayuda en cuestiones emocionales puede hacerlo como Preto Velho, asociado a la sabiduría, la paciencia y la contención.
  • Una entidad que conecta con la fuerza femenina, el autoconocimiento o la libertad, puede manifestarse como Pombagira Cigana.

Estas formas permiten que los humanos podamos identificarlos, comprenderlos y relacionarnos con ellos.

Espíritu no es cuerpo: lo que verdaderamente importa

En el plano espiritual no hay razas, cuerpos ni idiomas. Solo hay conciencia, vibración y evolución. Los espíritus no se organizan por etnias, sino por afinidad energética, sabiduría y propósito.

Los nombres que adoptan —como Caboclo Tupí, Maria Mulambo o Cigana das Rosas— son símbolos. Representan el tipo de energía con la que trabajan y ayudan a facilitar la comunicación con los médiums y consultantes.

Así, una entidad que se presenta como Caboclo Tupí podría haber sido en vida un sabio del Medio Oriente, un sacerdote católico o un comerciante viajero. Su forma actual responde a su función espiritual, no a su biografía terrenal.

El caso del Caboclo das Sete Encruzilhadas

Un ejemplo muy claro es el del Caboclo das Sete Encruzilhadas, espíritu que se manifestó a través de Zélio Fernandino de Moraes. Esta entidad no fue un caboclo en el sentido étnico, pero eligió esa forma simbólica para iniciar un nuevo camino.

A través de este espíritu, Zélio fundó lo que hoy conocemos como Umbanda. Por eso es considerado su principal referente histórico e institucional.

Comprender para servir con humildad

Aceptar que las entidades no son lo que aparentan desde una perspectiva humana nos ayuda a conectar con la esencia de la Umbanda. Esta comprensión fomenta la humildad y el respeto en los médiums.

El verdadero valor de una entidad no está en su nombre ni en su forma, sino en su capacidad para iluminar, orientar y transformar vidas desde el amor, la ética y la caridad.